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jueves, 3 de febrero de 2011

Gracias.



Yo elegí quererte y todas las consecuencias que ello conllevaba, elegí que tú fueses la persona que llenase mis días de sonrisas, elegí que tu olor fuera el que mejor le iba a mis sábanas, yo elegí que me comieras a besos, elegí también tu voz al otro lado del teléfono. Elegí llorar por ti de vez en cuando, elegí creerme tus verdades y creerme a medias tus mentiras. Elegí que no quería otros abrazos, ni otras manos deambulando por mi pelo. Elegí que tú fueras mi locura y mi cordura. Elegí las idas y venidas, elegí las despedidas, la impotencia y la incertidumbre. Elegí el miedo a fallar y los impulsos, elegí las miradas, elegí temblar, elegí hacerme adicta a ti, a tus manías y a tu manera de hacer las cosas, a tu forma de besarme. Elegí perdernos debajo de cualquier edredón y tu respiración agitada en mi oido izquierdo. Elegí conservar intacto cada momento, y dejar huella. Elegí no callarme nada, elegí dártelo todo, elegí hablar de nosotros cuando hablaba de mí, elegí ser fuerte y luchar por un sólo motivo, elegí darte todas mis oportunidades.

Elegí no poner límites.