Seguidores

miércoles, 21 de abril de 2010

Un poco de mí



Quizás no sepas que soy de las que se pone el despertador lejos de la cama para tener que levantarse a apagarlo. Que me encanta el olor a tostadas y café de un desayuno. Sé que no es lo correcto, pero necesito tomarme mi taza de café a cucharadas, y si son pequeñas; mejor. Antes de cerrar los ojos cada noche, cuento las horas que tengo para dormir. Siempre llevo pendientes. Cuando algo me pone nerviosa, me toco las manos y el pelo continuamente. Me gustan las avellanas y los pistachos. Hace tiempo que no como chocolate. Odio a los que hacen el tonto con el coche. Me aburren los que no cuentan bien las anécdotas.
Adoro el olor de las noches de verano, pero no lo soporto cuando en invierno me acuerdo de él.
Me gusta mi letra. Y sólo puedo estudiar por apuntes que haya cogido yo.
Adoro la ironía. Odio que me levanten la voz. También el querer y no poder o la indiferencia. Odio verme en videos, pero me encanta la fotografía. Mi cámara va conmigo a todas partes.
Me gusta escuchar canciones de hace años y ver que aún las recuerdo. Cuando descubro una canción nueva, soy capaz de escucharla 20 veces seguidas en una misma tarde. Nunca he estado en el Rocío. Cuando tengo tiempo libre suelo escribir. Me ayuda a aclarar pensamientos.
No soporto que nadie me diga continuamente lo que debo o no debo hacer. 
Necesito estar sola de vez en cuando. Venecia es una ciudad a la que, sin duda, volvería.
No me gusta encariñarme de las cosas, y a veces, tampoco de las personas.

A menudo se dice que algunos deberían nacer con libro de instrucciones.

viernes, 16 de abril de 2010

Vuelve a hacerlo.



Ayer cambié la necesidad de dormir, por unas horas más contigo.En ese momento en el que parece que el mundo descansa.
Sé que sueles hacerlo. Me refiero a lo de venir por las noches.
No sé si fue sólo mi impresión pero ayer era antes que de costumbre.Gracias por leer mi pensamiento.
No hace falta que me mueva. Tu sitio está esperándote. Se ha quedado frío desde anoche.
Me giro con los ojos aún cerrados cuando te siento llegar. Te miro. Estás despeinado. Deduzco que, como muchas otras noches, ahí fuera está lloviendo. No parece importarte. Me sonries.
Te pido mi brazo. Ese que tantas veces te cojo prestado sin pedir permiso. Ayer lo hice. Sé que me lo dejarás sin protestar, no te parece mal, siempre que te lo deje cuando lo necesites.
Consigues que vuelva a girarme y retome mi posición.Tardo dos segundos en quedarme dormida.


Ojalá algún día vuelvas a adelantarte. Esta nueva hora me gusta más.